miércoles, 8 de agosto de 2012

Dolor


Así como la bruma se desvanece gradualmente merced al cambio o estabilidad de las condiciones ambientales que la propiciaron, así el malestar social va cediendo paso a una sorda sensación de incomodidad indefinida -aunque soportable a la par que persistente-, una vez que el clima político deja de ser sorpresivo.

Los zombies vuelven a serlo, el mexicano tan solo se rasca el rastro de prurito que una nueva -en realidad muy vieja- vejación en sus carnes deja.

El sandio ocupará su silla sin mayor problema, los medios y el capital sancionarán la usurpación... y entre todos continuarán la nefasta expoliación...

Triste humanidad, me dueles, quisiera que despertases, pero eso es algo que tan solo a ti misma corresponde decidir, ejecutar.

Triste México, sublime, vaporoso y deleznable ideal que una vez más de la vista se aparta y al alma aterida, inerme y burlada entre la inmundicia arroja.

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